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Febrero de 2015
¿Por
qué luchar a favor de la Iglesia? Los
que hemos nacido en el siglo XX, disponemos de muy diversa
información sobre la Iglesia y su historia; y realmente, el
acontecer tanto pasado como actual, nos revela evidencias que
ensombrecen y manchan la imagen de esta institución, lo cual no ha
ayudado ni ayuda a la captación de fieles ni a su propagación: en
el pasado, la denominada Santa Inquisición con asesinatos
perpetrados en nombre de Dios, además del acaparamiento de riquezas
y poder abusivo y corrupto de algunos de sus miembros; y en la
actualidad, los escándalos por pederastia y otros abusos y
atropellos. Estos acontecimientos no han contribuido en modo alguno a
expandir y a hacer creíbles sus enseñanzas, pues es obvio que no
siempre ha existido una correspondencia entre lo que se hace y lo que
se predica; otra consecuencia de estos deplorables hechos, es que
relegan a un segundo plano la maravillosa labor y entrega realizada
con amor por tantas personas desde que Cristo la instituyó.
¿Qué
ha ocurrido? Lo que ha ocurrido es que la Iglesia
está formada por hombres, y éstos son pecadores; Aunque en
numerosas ocasiones, los actos citados han sido cometidos por
personas que se han escudado en la religión y en la Iglesia para dar
rienda suelta a sus ambiciones y perversiones. En otros casos, la
disposición e intenciones iniciales eran buenas, pero con el
transcurrir de los años, algunos se torcieron y se desviaron del
camino correcto.
Bien
es cierto que el mal –cuyo mayor logro ha sido hacer creer que no
existía-, se ha ocupado con insistencia, día tras día, durante
generaciones y siglos de atacar principalmente a las almas que han
intentado acercarse a Dios, porque al conseguirlo heriría la
institución desde dentro, infligiendo así el mayor daño posible.
Los
ataques y tentaciones del demonio se han centrado con predilección
en las personas religiosas (sacerdotes, monjas, obispos, cardenales,
etc.); unos, han sucumbido a estos ataques del mal y otros han
resistido y resisten estos continuos embates. Entre los religiosos
que de forma particular e incisiva fueron atacados por el maligno,
y resistieron, tenemos por ejemplo, al Padre Pío de Pieltrecina y a
Sor Josefa Menéndez; No olvidemos que “mientras más intenta un
alma acercarse a Dios, más atacada es”.
Otras
estrategias del mal. También se ha preocupado el demonio
de desunir, disgregar y apartar del verdadero camino a la humanidad
con nuevas falsas ideologías (new age) que consigue captar con
facilidad entre las almas bienintencionadas que procuran una búsqueda
y desarrollo espiritual, sumiéndolas en un aparente estado
inicial de paz interior, en el que se sin que el ser lo perciba, se
idolatra a otros dioses y se abre la puerta a energías procedentes
del inframundo: yoga, reiki, tarot, runas, maestros ascendidos, etc.
Otro
tentáculo que utiliza el mal para propagar la cristiano-fobia es la
cultura del rechazo a la Iglesia, a todo lo que representa y se
relacione con ella, sobredimensionando el porcentaje de personas
corruptas y abusivas; culpando de ello a la religión en sí misma y
no a los individuos que se escudan en ella para perpetrar estos
actos.
¿Cuál
es la Iglesia por la que debiéramos luchar los creyentes? Pues
la Iglesia que instituyó Nuestro Señor Jesucristo; Esa Iglesia
limpia, sin mancha, Santa –porque Santo es su fundador-, cuya
semilla y enseñanzas contenidas en la Biblia, permanecen invariantes
a lo largo de los siglos.
Nuestro
Señor Jesucristo vino a enseñarnos con Su vida el camino, con Su
palabra la verdad y con Su entrega, la vida eterna y abrió la puerta
-a través de Su Cruz- a la salvación de las almas. Ésta es
la Iglesia por la que luchamos: la verdadera, la inicial, la que no
se deforma, la que instruye y ayuda:
q Esta
instrucción a través de los Mandamientos, a través de los
Evangelios, a través del ejemplo de nuestras vidas, para propiciar
ese despertar de conciencias, alertar y remar –con los remos de la
fe- hacia Dios; propagar ese maravilloso momento en el que las almas
encuentran el sentido y finalidad de su vida, de la existencia;
cuando bajo la ley de unidad contagiamos nuestra fe para enderezar
caminos torcidos, almas que de otro modo se condenarían eternamente.
Quizás así logremos que Nuestro Señor no tenga que disimular tras
su mirada de amor, la tristeza que también embarga su corazón por
los que se perderán a pesar de Su máxima entrega y esfuerzos.
q Y
la ayuda de los miembros de la Iglesia, es una ayuda palpable, en el
día a día, en lo pequeño, en lo escondido, en las oraciones, en
los gestos solidarios, en las miradas, en el afecto, en las palabras
de aliento, de comprensión, de auxilio espiritual y material a
través de nobles instituciones y personas que laboran
desinteresadamente: Cáritas, Manos Unidas, misioneros y otros,
estando cada uno en su puesto. Labores que deben dar la debida
relevancia al cuidado del alma, pues ¿de qué le sirve al hombre la
vida en la tierra si pierde su alma?.
¿En
qué momento nos encontramos? Nos encontramos ahora
viviendo lo contenido en el Libro del Apocalipsis; Nos encontramos ya
inmersos en la Gran Tribulación –aunque ésta todavía no se haya
generalizado-; Nos encontramos en lo anunciado en la Biblia por los
antiguos profetas y también lo explicitado –como parte de la ayuda
y Misericordia de Dios- por los verdaderos profetas contemporáneos
para estos tiempos de purificación.
¿Qué
sobreviene a la Iglesia?: la persecución
de cristianos y el cisma en la Iglesia.
La
persecución de cristianos:
A
la Iglesia, le sobreviene, por una parte, la generalización de la
persecución de cristianos que ya hoy se produce en 51 países del
mundo; estamos viendo casi a diario decapitaciones y atrocidades a
grupos de personas, especialmente en países de Oriente Medio, África
y Asia. La sangre de los cristianos se derrama sin
contemplaciones y de forma salvaje, principalmente en Irak,
Siria, Libia, Egipto, Afganistán, Pakistán, Nigeria, Níger, etc.
Predecían
las profecías actuales que el conflicto iniciado en Oriente Medio
–en este caso por el Estado Islámico-, se extendería a otros
países y supondría el germen de la Tercera Guerra Mundial; es
precisamente lo que está ocurriendo; Se están viendo implicados
terceros países tales como: EEUU, Francia, Gran Bretaña, Italia
(Vaticano), otros países europeos, Israel, Japón, Jordania, Yemen,
etc.
El
cisma en la Iglesia:
Por
otra parte, desde hace años el Cielo nos ha anunciado a través de
numerosos mensajes proféticos (Sor Agnes de Akita, Anna Catalina
Emmerich, Padre Stefano Gobbi, San Francisco de Asís, mensaje de La
Salette a Melania, Juan de Jerusalén, mensajes del libro “El
Triunfo de la Inmaculada. Dictados de Jesús a Marga”, Luz de María
de Bonilla, etc.) el Cisma en la Iglesia, la aparición del
Anticristo y de una “nueva falsa Iglesia” –que será
mayoría- y que con el pretexto de la unificación de creencias y del
respeto a otras religiones:
q Rescribirá
la invariante Palabra de Dios: surgirán nuevos textos (algunos
de ellos ya circulan) y misales, y por tanto nuevos ritos que se
asemejarán con los de la Iglesia Protestante. La publicación de
estos textos, ha estado cuidadosamente preparada durante años; se
infiltrarán poco a poco y darán una nueva y sibilina interpretación
a la doctrina tradicional.
q Se
priorizará el humanitarismo, y un mal entendido “respeto
humano”-como ya ocurre, se suprimen crucifijos en colegios y
hospitales e incluso se evita que repiquen las campanas de las
iglesias (Francia)- , dejando así –y sin que casi se perciba-
relegado el cuidado del alma.
q Se
dará una nueva concepción y permisividad al pecado –quitándole
importancia- y a las formas unión entre parejas.
q Culminará
todo este maligno plan con la supresión de la Eucaristía, es decir,
con la “abominación de la desolación”. Esto ocurrirá también
con el pretexto de impedir robos en las Iglesias, que es lo que viene
ocurriendo y es especialmente frecuente en países de África y Asia,
dándose también algunos casos en Europa; estos robos se
generalizarán: la Iglesia de hoy ayuda al hombre –pues es quien
hoy día ayuda a cubrir la alimentación y otras necesidades básicas
de las personas necesitadas-, y el hombre la atacará.
Ver
en el subapartado “Iglesia” dentro del apartado “Profecias y
seguimiento I” los distintos mensajes proféticos de diversos
profetas, relativos al Cisma de la Iglesia, de este
blog: www.profeciascambiodeera.blogspot.com .
Este
Cisma que ya se había vislumbrado hace años, se ha manifestado de
forma más evidente en el Sínodo sobre la Familia, en el que se
observa con claridad la división entre la postura tradicional (los
defensores de la Palabra invariante de Dios) y la postura modernista
(abierta a nuevos cambios, a rescribir la doctrina de la Iglesia,
y a una mayor permisividad en cuanto a conceptuar el pecado y
la forma y modos de unión entre parejas).
Entre
los cambios que ya se están produciendo, observamos: el matrimonio
de sacerdotes y el nombramiento en la Iglesia anglicana de
mujeres-Obispo, etc.
¿Qué
hacer en medio la Tribulación?
En
definitiva, los acontecimientos nos constatan que estamos viendo y
viviendo el cumplimiento de lo profetizado. Entiendo que una buena
forma de transitar por este difícil camino, sea elevar la
mirada, mirada espiritual, y buscar esos caminos invisibles en los
que percibiremos la intensa batalla espiritual que se está librando;
veremos las fuerzas malignas disfrazadas de masonería, de extremismo
en nombre de Alá, de terrorismo, de odio y soberbia, de intereses
económicos, de fuerzas ocultas que están dirigiendo el destino de
la humanidad en una dirección ya premeditada y predeterminada.
Roguemos
al Espíritu Santo para que nos asista y acompañe a fin de evitar en
la medida de lo posible, los “campos minados” y guíe nuestros
pasos de la mano de nuestra madre, la Virgen María, por el mejor
sendero hacia Dios, mientras con fe y confianza, hacemos lo que
nuestro deber cristiano nos insta a hacer: ayuno, oración,
Eucaristía, acción cristiana y el cumplimiento de la Ley de Dios.
Marcial
Franco B.