¿Por qué luchar a favor de la Iglesia?


  
23 Febrero de 2015



¿Por qué luchar a favor de la Iglesia? Los que hemos nacido en el  siglo XX, disponemos de muy diversa información sobre la Iglesia y su historia; y realmente, el acontecer tanto pasado como actual, nos revela evidencias que ensombrecen y manchan la imagen de esta institución, lo cual no ha ayudado ni ayuda a la captación de fieles ni a su propagación: en el pasado, la denominada Santa Inquisición con asesinatos perpetrados en nombre de Dios, además del acaparamiento de riquezas y poder abusivo y corrupto de algunos de sus miembros; y en la actualidad, los escándalos por pederastia y otros abusos y atropellos. Estos acontecimientos no han contribuido en modo alguno a expandir y a hacer creíbles sus enseñanzas, pues es obvio que no siempre ha existido una correspondencia entre lo que se hace y lo que se predica; otra consecuencia de estos deplorables hechos, es que relegan a un segundo plano la maravillosa labor y entrega realizada con amor por tantas personas desde que Cristo la instituyó.

¿Qué ha ocurrido? Lo que ha ocurrido es que la Iglesia está formada por hombres, y éstos son pecadores; Aunque en numerosas ocasiones, los actos citados han sido cometidos por personas que se han escudado en la religión y en la Iglesia para dar rienda suelta a sus ambiciones y perversiones. En otros casos, la disposición e intenciones iniciales eran buenas, pero con el transcurrir de los años, algunos se torcieron y se desviaron del camino correcto.

Bien es cierto que el mal –cuyo mayor logro ha sido hacer creer que no existía-, se ha ocupado con insistencia, día tras día, durante generaciones y siglos de atacar principalmente a las almas que han intentado acercarse a Dios,  porque al conseguirlo heriría la institución desde dentro, infligiendo así el mayor daño posible.

Los ataques y tentaciones del demonio se han centrado con predilección en las personas religiosas (sacerdotes, monjas, obispos, cardenales, etc.); unos, han sucumbido a estos ataques del mal y otros han resistido y resisten estos continuos embates. Entre los religiosos que de forma particular e incisiva fueron atacados por el maligno,  y resistieron, tenemos por ejemplo, al Padre Pío de Pieltrecina y a Sor Josefa Menéndez; No olvidemos que “mientras más intenta un alma acercarse a Dios, más atacada es”.

Otras estrategias del mal. También se ha preocupado el demonio de desunir, disgregar y apartar del verdadero camino a la humanidad con nuevas falsas ideologías (new age) que consigue captar con facilidad entre las almas bienintencionadas que procuran una búsqueda y  desarrollo espiritual, sumiéndolas en un aparente estado inicial de paz interior, en el que se sin que el ser lo perciba, se idolatra a otros dioses y se abre la puerta a energías procedentes del inframundo: yoga, reiki, tarot, runas, maestros ascendidos, etc.

Otro tentáculo que utiliza el mal para propagar la cristiano-fobia es la cultura del rechazo a la Iglesia, a todo lo que representa y se relacione con ella, sobredimensionando el porcentaje de personas corruptas y abusivas; culpando de ello a la religión en sí misma y no a los individuos que se escudan en ella para perpetrar estos actos.

¿Cuál es la Iglesia por la que debiéramos luchar los creyentes? Pues la Iglesia que instituyó Nuestro Señor Jesucristo; Esa Iglesia limpia, sin mancha, Santa –porque Santo es su fundador-, cuya semilla y enseñanzas contenidas en la Biblia, permanecen invariantes a lo largo de los siglos.

Nuestro Señor Jesucristo vino a enseñarnos con Su vida el camino, con Su palabra la verdad y con Su entrega, la vida eterna y abrió la puerta -a través de Su Cruz-  a la salvación de las almas. Ésta es la Iglesia por la que luchamos: la verdadera, la inicial, la que no se deforma, la que instruye y  ayuda:

q       Esta instrucción a través de los Mandamientos, a través de los Evangelios, a través del ejemplo de nuestras vidas, para propiciar  ese despertar de conciencias, alertar y remar –con los remos de la fe- hacia Dios; propagar ese maravilloso momento en el que las almas encuentran el sentido y finalidad de su vida, de la existencia; cuando bajo la ley de unidad contagiamos nuestra fe para enderezar caminos torcidos, almas que de otro modo se condenarían eternamente. Quizás así logremos que Nuestro Señor no tenga que disimular tras su mirada de amor, la tristeza que también embarga su corazón por los que se perderán a pesar de Su máxima entrega y esfuerzos.

q       Y la ayuda de los miembros de la Iglesia, es una ayuda palpable, en el día a día, en lo pequeño, en lo escondido, en las oraciones, en los gestos solidarios, en las miradas, en el afecto, en las palabras de aliento, de comprensión, de auxilio espiritual y material a través de nobles instituciones y personas que laboran desinteresadamente: Cáritas, Manos Unidas, misioneros y otros, estando cada uno en su puesto. Labores que deben dar la debida relevancia al cuidado del alma, pues ¿de qué le sirve al hombre la vida en la tierra si pierde su alma?.

¿En qué momento nos encontramos? Nos encontramos ahora viviendo lo contenido en el Libro del Apocalipsis; Nos encontramos ya inmersos en la Gran Tribulación –aunque ésta todavía no se haya generalizado-; Nos encontramos en lo anunciado en la Biblia por los antiguos profetas y también lo explicitado –como parte de la ayuda y Misericordia de Dios- por los verdaderos profetas contemporáneos para estos tiempos de purificación.


¿Qué sobreviene a la Iglesia?la persecución de cristianos y el cisma en la Iglesia.

La persecución de cristianos:

A la Iglesia, le sobreviene, por una parte, la generalización de la persecución de cristianos que ya hoy se produce en 51 países del mundo; estamos viendo casi a diario decapitaciones y atrocidades a grupos de personas, especialmente en países de Oriente Medio, África y Asia.  La sangre de los cristianos se derrama sin contemplaciones y de forma salvaje, principalmente  en Irak, Siria, Libia, Egipto, Afganistán, Pakistán, Nigeria, Níger, etc.

Predecían las profecías actuales que el conflicto iniciado en Oriente Medio –en este caso por el Estado Islámico-, se extendería a otros países y supondría el germen de la Tercera Guerra Mundial; es precisamente lo que está ocurriendo; Se están viendo implicados terceros países tales como: EEUU, Francia, Gran Bretaña, Italia (Vaticano), otros países europeos, Israel, Japón, Jordania, Yemen, etc.

El cisma en la Iglesia:

Por otra parte, desde hace años el Cielo nos ha anunciado a través de numerosos mensajes proféticos (Sor Agnes de Akita, Anna Catalina Emmerich, Padre Stefano Gobbi, San Francisco de Asís, mensaje de La Salette a Melania, Juan de Jerusalén, mensajes del libro “El Triunfo de la Inmaculada. Dictados de Jesús a Marga”, Luz de María de Bonilla, etc.) el Cisma en la Iglesia, la aparición del Anticristo y de una “nueva falsa Iglesia” –que será mayoría- y que con el pretexto de la unificación de creencias y del respeto a otras religiones:

q       Rescribirá la  invariante Palabra de Dios: surgirán nuevos textos (algunos de ellos ya circulan) y misales, y por tanto nuevos ritos que se asemejarán con los de la Iglesia Protestante. La publicación de estos textos, ha estado cuidadosamente preparada durante años; se infiltrarán poco a poco y darán una nueva y sibilina interpretación a la doctrina tradicional.
q       Se priorizará el humanitarismo, y un mal entendido “respeto humano”-como ya ocurre, se suprimen  crucifijos en colegios y hospitales e incluso se evita que repiquen las campanas de las iglesias (Francia)- , dejando así –y sin que casi se perciba- relegado el cuidado del alma. 
q       Se dará una nueva concepción y permisividad al pecado –quitándole importancia- y a las formas unión entre parejas.
q       Culminará todo este maligno plan con la supresión de la Eucaristía, es decir, con la “abominación de la desolación”. Esto ocurrirá también con el pretexto de impedir robos en las Iglesias, que es lo que viene ocurriendo y es especialmente frecuente en países de África y Asia, dándose también algunos  casos en Europa; estos robos se generalizarán: la Iglesia de hoy ayuda al hombre –pues es quien hoy día ayuda a cubrir la alimentación y otras necesidades básicas de las personas necesitadas-, y el hombre la atacará.

Ver en el subapartado “Iglesia” dentro del apartado “Profecias y seguimiento I” los distintos mensajes proféticos de diversos profetas, relativos al Cisma de la Iglesia, de este blog:  www.profeciascambiodeera.blogspot.com .

Este Cisma que ya se había vislumbrado hace años, se ha manifestado de forma más evidente en el Sínodo sobre la Familia, en el que se observa con claridad la división entre la postura tradicional (los defensores de la Palabra invariante de Dios) y la postura modernista (abierta a nuevos cambios, a rescribir la doctrina de la Iglesia,  y a una mayor  permisividad en cuanto a conceptuar el pecado y  la forma y modos de unión entre parejas).

Entre los cambios que ya se están produciendo, observamos: el matrimonio de sacerdotes y el nombramiento en la Iglesia anglicana de mujeres-Obispo, etc.

¿Qué hacer en medio la Tribulación?

En definitiva, los acontecimientos nos constatan que estamos viendo y viviendo el cumplimiento de lo profetizado. Entiendo que una buena forma de  transitar por este difícil camino, sea elevar la mirada, mirada espiritual, y buscar esos caminos invisibles en los que percibiremos la intensa batalla espiritual que se está librando; veremos las fuerzas malignas disfrazadas de masonería, de extremismo en nombre de Alá, de terrorismo, de odio y soberbia, de intereses económicos, de fuerzas ocultas que están dirigiendo el destino de la humanidad en una dirección ya premeditada y predeterminada.

Roguemos al Espíritu Santo para que nos asista y acompañe a fin de evitar en la medida de lo posible, los “campos minados” y guíe nuestros pasos de la mano de nuestra madre, la Virgen María, por el mejor sendero hacia Dios,  mientras con fe y confianza, hacemos lo que nuestro deber cristiano nos insta a hacer: ayuno, oración, Eucaristía, acción cristiana y el cumplimiento de la Ley de Dios.


Marcial Franco B.