15
Mayo de 2017
A
muchos nos hierve la sangre al ver tanta injusticia y atrocidad en el
mundo; tanto abuso de poder y atropello de los derechos fundamentales
de la persona. Pero nosotros somos cristianos, y por tanto,
seguidores de Cristo. Esto implica procurar imitarlo, pues Él es el
modelo a seguir. Por ello, no debemos dejar que la ira nos invada
porque la ira todo lo arruina; y esto, el primero que debe aplicarlo
en su carácter impulsivo, es el mismo que escribe estas líneas.
La
historia de la humanidad nos ofrece diversos ejemplos de personas que
lucharon durante años pacíficamente por los derechos de su pueblo,
en distintas partes del mundo y pertenecientes a diversas religiones;
al final fue esa lucha pacífica pero activa, la que mejores
resultados consiguió. Contamos con el ejemplo de la Santa madre
Teresa de Calcuta, con Nelson Mandela y Gandhi, entre otros muchos.
No
se nos llama a dejar que nos avasallen sin hacer nada para evitarlo;
se nos llama a orar y a actuar, a organizarnos, diciendo lo que haya
que decir y haciendo lo que sea menester con valor y fe para llevar
el mensaje de Cristo y convertir este mundo ahora contaminado,
podrido, maleado y despiadado, en un mundo de bien, de paz y amor. El
cambio se debe producir en el interior de las personas, en el
corazón; y éste será el Triunfo de la Inmaculada, el cambio en los
corazones.
Es
cierto que la Escritura debe cumplirse y que ya vivimos inmersos en
lo revelado por el Libro del Apocalipsis, pues por desobediencia esta
humanidad se ha deformado y no ha atendido a los pedidos del Cielo;
sin embargo, sí podemos aún mitigar y cada uno contribuir hasta el
último aliento de vida aportando nuestro granito de arena en pro de
este cambio exterior e interior.
No
olvidemos que por nosotros mismos nada podemos; que la cobardía en
muchos casos nos invade, pero recordemos que “el temor lo instiga
el demonio”; por ello, es necesario solicitar continuamente la
gracia e intercesión divina para que el Cielo nos infunda mediante
la fe el valor que anula todo temor. Esto lo lograremos cuando
nuestras acciones estén fusionadas a la Voluntad Trinitaria.
También
considero conveniente evitar enfrentamientos y actuar con astucia; no
de forma compulsiva como actúan los que integran las filas del mal,
sino con calma y paciencia, pero con perseverancia.
El
panorama nos muestra la caótica realidad que están viviendo muchos
países en el mundo: en Venezuela, la carestía y brutal represión
del Gobierno; en México, el Salvador y otros tantos países
americanos la acción cada vez más expandida del mal. Quieren hacer
de España el proyecto piloto o modelo para enseñar profanación y
reversión de los valores sociales y morales al mundo y abocarnos
nuevamente a una Guerra Civil.
Son
tantos los países que sufren de un modo u otro carestías y
vejaciones de quienes desean imponerse e instaurarse a base de los
más bajos valores e instintos humanos...
¡Cómo
quisiera cambiar tantas cosas!, pero me reconozco muy limitado, y
entiendo que las acciones a emprender deben estar encuadradas dentro
de unos parámetros cristianos; por ello, en la zona en la que
resido, cercana a centros de enseñanza, en los que las fuerzas
oscuras que operan hoy en día pretenden manipular para sus
intereses a una juventud no curtida, sino moldeable y manejable,
procuro con cierta asiduidad y sólo en los lugares habilitados por
el Ayuntamiento para ello, pegar diversos carteles que hagan
despertar conciencias, pensamientos e ideas acordes a los valores de
formación, que entiendo –aún a riesgo de equivocarme- puedan
resultar positivos para el desarrollo del ser humano, tales como los
siguientes:
Modelos
de rótulos o carteles insertados:
Nota:
Es
una idea que propongo, por si quieren expandirla y llevarla también a
cabo en sus zonas de residencia, bien con estos mismos rótulos u
otros similares acordes a las peculiaridades y problemáticas de cada
lugar.
Téngase en cuenta que especialmente los jóvenes, sólo reciben
actualmente un continuo bombardeo de basura ideológica de las
fuerzas del mal, y a esto debemos contraatacar con ideología que
promueva buenos y formativos valores desde diversos ámbitos.
He
observado -aunque no me ha sorprendido- como cuando pego o inserto
estos carteles, los que se mueven en la oscuridad los arrancan con
saña rápidamente, normalmente al día siguiente; pero al cabo de
unos días, con calma y perseverancia, vuelvo y anuncio otros.
Marcial
Franco B.