7 Marzo de 2018
Por Marcial Franco B.
La oscura agenda de la huelga feminista |
Por supuesto que es lícito reivindicar las injusticias cuando éstas existen. Y aunque nunca tuve conocimiento de discriminación alguna entre mis compañeras de estudio o de trabajo, seguro que -como decimos en canarias- “haberlas haylas”.
Sin
embargo, aunque todo sea reivindicable, parece que vivimos en la
etapa de “protestar por todo”. De un día para otro, España
ha pasado de ser un país tranquilo, con los problemas sociales y
económicos propios de cualquier país europeo, a procurar
convertirlo –como así intentan algunos- en un país convulsionado.
Ahora
todos quieren “equiparación salarial” en comparación a algún
otro colectivo; tanto funcionarios como no funcionarios. Normalmente,
todas estas protestas están basadas en planteamientos razonables.
Cada persona merece recibir el debido trato, consideración y
retribución, de manera justa y equitativa.
Pero
no hace falta ser muy listo, sino abstraerse un poco, para darse
cuenta de la sutil y maliciosa
“manipulación social promovida por manos en la sombra que mueven
los hilos”; ideologías principalmente comunistas y otras
(Partido Comunista,
PODEMOS, colectivo
LGTB, independentistas y otros de corte anarquista) que hay
detrás de tanta pataleta y reivindicación. LO QUE REALMENTE
PRETENDEN, ES SEMBRAR EL CAOS EN ESPAÑA.
No
me cansaré de repetir que la astuta ESTRATEGIA DEL MAL EN ESTOS
TIEMPOS se ha basado en MANIPULAR Y TERGIVERSAR NOBLES CONCEPTOS COMO
LA IGUALDAD, EL RESPETO, LA LIBERTAD, LA PARTICIPACIÓN, EL DIÁLOGO
Y LA COMPRENSIÓN, para DERROCAR EL SISTEMA ACTUAL e instaurarse
ellos y sus políticas, las cuales “no contemplan” éstos
conceptos que ahora esgrimen.
¿Qué
oscura agenda hay detrás de la “huelga feminista del 8 de marzo”?
Pues, por una parte, promover el aborto
“libre y gratuito”; por otra, la “imposición feminista de la
ideología
de género”; y además, implícitamente, contribuir a una mayor
agitación social.
Y esto lo ratifican las propias organizaciones feministas tales como
“Paro de mujeres” y “Hacia la huelga feminista”, y lo
advierte algún valiente, como el Obispo de San Sebastián, Mons.
José Ignacio Munilla, el cual, a pesar de presuponer acertadamente
que se le echarían encima como lobos, es de esas personas que
todavía dicen la verdad.
A
nivel insular, el Presidente del Cabildo de Gran Canaria, que ha sido
la sorpresiva decepción de este mandato y puerta de entrada de
diversos grupos minoritarios (unos descolocados y otros
convulsionantes), cede por enésima vez el escaparate de esta
institución para que nuevamente la mal denominada Consejería de
Igualdad vuelva una vez más a la carga con otra de sus campañas
feministas, cuyos verdaderos fines son los antes citados. Añadiré
que ellos no permiten y erradican rápidamente cualquier
manifestación en contra, aunque sea en lugares habilitados para
ello.
En
nuestros días, “cualquier problema se sobredimensiona” y se
avitualla con todo tipo de razonamientos a modo de ariete para
conseguir diversos fines e intereses ocultos a la mayoría no
pensante. Lamentablemente, son nuestros propios “líderes
políticos los que se apuntan a toda reivindicación que contenga
premisas populistas” (sean buenas o malas), adhiriendo en sus
campañas a una parte desnortada de la sociedad, a la cual, las
verdades universales le molestan.
Y
así, unos y otros navegan en medio de esta tempestad, como quien va
en la cresta de una ola hacia donde les lleve la corriente. Lo que no
quieren ver es que estas olas (sus almas y propósitos) rompen sobre
rocas.